oemí Pareja y Carlos López son Órbita, un fenómeno que resume la relación de estos dos artistas en el escenario, ya que interactúan a través de diferentes lenguajes contemporáneos de movimiento, elementos de circo y la música en vivo «bajo la atracción gravitatoria de sus raíces: Cádiz, el mar y el arte»

Danza, circo y música se concentran así en un mismo escenario, haciendo de Órbita «pura poesía en movimiento». Es «una obra cargada de fuerza y sensibilidad en la que se puede apreciar un verdadero mestizaje artístico y que ofrece al espectador una visión integradora del arte y los diferentes lenguajes escénicos que la componen»

Sus creaciones buscan y consiguen transmitir un mensaje, llegar más lejos del lenguaje plástico. Órbita Está lleno de matices, de tic al espectador que traslada a escena a Cádiz, a las columnas del Hércules, a las redes de los marineros, al baile flamenco, a sal y a marismas.

Tal vez un sello distintivo de Zen del Sur es cómo usamos la música en función del movimiento, ya sea con la danza o con el circo. Es más común que la música sea un mero acompañamiento de la escena y en nuestro caso la música es totalmente indivisible”, dice Noemí Pareja, maestra de guitarra clásica. “La música y el movimiento van siempre unidos de una manera muy especial”.

Carlos y Noemí son parte del elenco de Zen del Sur, resultado de un trabajo de investigación conjunto entre bailarines, acróbatas, músicos contemporáneos y diseñadores. Su objetivo, según han explicado, es desarrollar un diálogo creativo entre sonido y movimiento, persiguiendo «la emoción».